INFORME PAÍSES: CHINA

 

 "EVOLUCIÓN CHINA 1900 A LA ACTUALIDAD"

Tras un análisis de las variables económicas, políticas e institucionales que fueron la base de un informe económico realizado en torno a los países emergentes de la G20 y los BRICS, se habilita un pequeño espacio para compartir una pequeña reflexión de este trabajo. 

Teniendo en cuenta todas las variables seleccionadas para realizar el informe final y tras un contraste entre los datos, se escoge ele país de China como aquel propenso a una mayor rentabilidad y éxito si tuviéramos que invertir en alguno de ellos.

Y… ¿por qué?

Pues bien, partiendo de la base que aquellos países con un mayor desarrollo y crecimiento económico, tienden a una convergencia económica menor, es decir, su capacidad para mejorar resultará más dificultosa frente a aquellos países con un mayor margen para mejorar y crecer, es decir, aquellos con un menor desarrollo económico. Aún así, los datos que muestran la hipótesis de convergencia del 31,4 en el país chino, son muy positivos y desproporcionales en comparación con el resto de países (India, Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Rusia, Turquía, Argentina y México).

 

Y es que, pese a que China se haya consolidado como una superpotencia a escala mundial en la actualidad, representando el 18,8% del PIB mundial en paridad adquisitiva frente al 15,1% de EEU) , permanece siendo un país en vías de desarrollo. Y muchos se reirán ante ello. Es cierto que en la economía china persisten dos problemas fundamentales: el desequilibrio económico este- oeste y la dualidad en la estructura urbana y rural es considerable. Para los países desarrollados, la tasa de urbanización total ronda el 80% de la población, mientras China posee el 58%.

 

En este país existe una notable brecha entre los ingresos urbanos y rurales, y la renta disponible de los habitantes de las ciudades es de más del doble que la de los rurales. Además destaca de la misma manera la brecha de infraestructuras y servicios públicos entre ambos sectores. La disparidad entre este y oeste sobre todo en el ámbito de protección, ecológica, distribución de ingresos y seguridad social. Es el propio PIB per cápita de ambos extremos del país el que muestra ya el nivel mínimo de ingresos para los países desarrollados en la parte oriental, es totalmente contrario a los ingresos del occidente chino que representan la pobreza.

 

De todas formas, el nivel per cápita sigue estando por debajo de la media mundial. El propio Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial determinarán a Chinas como un país emergente y con un nivel de ingresos medio alto. Además, atendiendo al IDH como instrumento de valoración de desarrollo de un país, sobre todo eficiente para los países más pobres, posiciona a China en un nivel medio (0.761 en el año 2020), por debajo todavía del 0.8; pero hemos de tener en cuenta la evolución  de este indicador desde el año 1990 hasta el 2014 (gráfico 1), cuyas previsiones de futuro serán de un crecimiento notable a partir de las deficiencias que el país todavía posee.

Otros impedimentos para su consolidación como país desarrollado será la insostenibilidad de su modelo original. Las fuerzas productivas no alcanzan todavía el nivel de desarrollo adecuado y sus estructuras son débiles. Observamos también que su gasto en I+D es inferior a Rusia y Brasil por ejemplo, por lo que su deficiencia en la capacidad innovadora de la  tecnología y la extensa industrias manufacturera que se queda atrás frente países desarrollados, ofrecen oportunidades de crecimiento económico del país sobre el que apostaría e invertiría entre todos los tratados en el informe.

Pese a que la globalización descansara sobre pilares inestables a diferencia de los mercados nacionales,  ésta a traído muchas consecuencias positivas para cientos de millones de trabajadores pobres en China e incluso para el resto de Asia.







Blanca León Valverde 

- Bibliografía:







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